James Harden a los Clippers, ¿última bala para la Barba?

Al fin se terminó el culebrón entre los Philadelphia 76ers y el base James Harden. El conjunto de Pennsylvania envía al jugador a Clippers en un traspaso con muchos jugadores y elecciones de draft involucrados, pero con un solo objetivo, sacar a Harden del equipo. El propio base había manifestado sus deseos de ser traspasado -afirmando que solo quería ir a Los Angeles Clippers- y sin presentarse a prácticamente nada de la pretemporada.

La bomba que desde principios de verano se había formado en el vestuario de los Sixers y amenazaba con dinamitar la temporada, ha sido desactivada en la primera semana de competición. Y ahora viene la pregunta que siempre surge tras estas situaciones, ¿quién estará mejor sin el otro? A juzgar por el historial de Harden, el ganador de la jugada parece ser el equipo de Philadelphia, pero el tiempo lo dirá.

Clippers, cuarto destino en menos de tres años

El talento de James Harden nunca se ha puesto en entredicho. Es uno de esos jugadores capaz de desatascar cualquier tipo de situación, asumir el tiro ganador sobre la bocina y llenar él solo el reportaje de mejores jugadas de la noche. Pero su actitud y, en muchas ocasiones, su condición física, han pesado mucho más.

A sus 34 años, la Barba llega a su California natal para unir fuerzas con Kawhi Leonard, Paul George y Russell Westbrook en su enésimo intento de alcanzar un anillo. Ese mismo que parecía poder ser suyo en Houston, pero un todopoderoso Golden State Warriors liderado por Stephen Curry lo apartó por completo la posibilidad.

Tras dejar Texas, se reencontró con Durant (compañero en sus primeros años en Oklahoma City) en los Nets de Brooklyn, formando un big three con Kyrie Irving. Una de esas combinaciones magníficas en los videojuegos, pero que, a la hora de la verdad, nunca funciona. Y así terminó, con Harden cruzando la frontera del estado camino de Philadelphia, Durant dirección Phoenix e Irving hacia Dallas.

En Philadelphia las cosas no le han ido mejor, ni sobre la pista ni en los despachos. El principal motivo de su traspaso al equipo fue el directivo Daryl Morey, hombre clave en los Rockets que mejor vieron brillar a Harden. Su buena relación desde que coincidieron en Texas y la forma en la que gestionó el equipo podían hacer prever que los Sixers habrían encontrado la pieza que les faltaba para asaltar las finales. Pero nada más lejos. En pista, durante los 18 meses que formó parte del equipo, combinó grandes actuaciones con otras realmente desastrosas, fallando series de tiros en momentos clave, incluso en play-offs.

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El verano del desamor: la ruptura Harden-Morey

Este verano de 2023 dio al traste con la relación entre Harden y Morey, tan fructuosa en Houston y que se las prometía de igual manera en Philadelphia. Al parecer, todo tiene un tinte económico, ya que, según Harden, el directivo le había prometido una reestructuración salarial que al final le costó 15 millones de euros en su contrato. Por este motivo, la Barba le llamó mentiroso públicamente y se negó a acudir a los entrenamientos y conferencias de prensa hasta que le traspasaran. Incluso amagó con retirarse si no se conseguía su deseo.

Pero lo cierto, es que hay más que simplemente el aspecto económico lo que ha llevado a esta situación. Y al parecer, sería solo cosa de la Barba. Cuando llegó a Philadelphia en febrero de 2022, estaba en su último año de contrato, aunque con una opción de renovar por 47 millones. La rechazó para convertirse en agente libre pensando que podría optar a uno de los mayores contratos. Pero nada más lejos, tras 10 días sin ofertas, renovó con los Sixes por una temporada más otra opcional a razón de 67 millones en total. Esto le dio a entender que, a pesar de ser capaz de hacer unas estadísticas espectaculares, los equipos de la liga ya no lo consideran como una estrella, mientras que él sigue sintiendo que está a la altura. Pero lo cierto es que, desde su salida de Houston, no ha demostrado regularidad ni química de vestuario.

Los Angeles Clippers y el big four

En la franquicia californiana se juntan ahora cuatro jugadores de un talento descomunal: James Harden, Russell Westbrook, Kawhi Leonard y Paul George. Un big four que, si atendemos a los números individuales de cada uno puede dar miedo, pero, si entendemos que hay manejar cuatro egos de este tamaño en un mismo vestuario, puede dar a pensar que estamos ante un choque de trenes.

Los Clippers llevan muchos años tratando de conseguir luchar por las finales y no han parado de hacer movimientos en esa dirección, y quizás este haya sido el más arriesgado de todos ellos. Incluso se podría considerar un all-in. Si bien Leonar y George llevan ya varias temporadas en Los Ángeles y parece que entre ellos saben gestionarse bien, la llegada de Westbrook ya puso en jaque esta sociedad. El paso de Westbrook por cada franquicia desde su llegada a la NBA ha sido la misma: muchos números individuales (tiene el récord de triples dobles) pero poca eficacia a nivel de conjunto. Y ahora, a esa ecuación, la variable Harden, otro ego descomunal y difícil de gestionar.

El resultado de esta plantilla solo se sabrá a base de tiempo. Seguro que dejaran estadísticas para el recuerdo, Westbrook y Harden son capaces de hacer un triple doble cada uno en un mismo partido, pero también, a su vez, que este acabe en derrota de los Clippers. De nuevo, la referencia anteriormente mencionada: si fuera un videojuego, son la mejor sociedad, pero en la consola no existen egos.

APOSTAR

Oklahoma City Thunder 2009-2012: Harden, Westbrook y Durant

Harden y Westbrook vuelven a coincidir en una misma plantilla 11 años después. Ambos llegaron a la liga en la misma franquicia, los Oklahoma City Thunder, dónde compartían vestuario con Kevin Durant. Muy jóvenes, los tres, consiguieron hacer un equipo casi campeón: llegaron a la final de 2012 ante los Miami Heat de LeBron James, Chris Bosh y Dwyane Wade.

Pero tras aquella derrota en la final, el equipo se empezó a descomponer. El primero en salir, la temporada siguiente, Harden. Tres años después, Durant y el último, Westbrook, en 2019.

De los tres, auténticas superestrellas de la liga en los últimos diez años, solo Kevin Durant ha conseguido lograr lo que se les escapó juntos en 2012: el anillo de campeón. Lo consiguió en 2017 y 2018 con los Golden State Warriors. Para Harden y Westbrook puede que sea esta temporada su última oportunidad para conseguirlo.

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